
Ganó la espontaneidad;
perdió la frivolidad
La gente ya está harta de tantos personajes en pose.
La gente ya está harta de tantos personajes según ellos, inalcanzable.
La gente está harta…
Por eso, cuando la gente vea un personaje sencillo, franco, sin poses y sin malicia, por supuesto que lo arropa y lo lleva hasta la cima del cielo.
Aldo De Nigris ganó la noche del domingo 5 de octubre la tercera edición de La Casa de los Famosos México.
¿Y sabe por qué la ganó?
¿Sabe cuál fue su éxito desde el primer día en que piso el set de este reality?
¿Sabe por qué hoy tiene a todo México a sus pies?
Por su espontaneidad.
Porque entró a esa casa sin filtros, sin poses y sin querer impresionar a nadie.
Él sólo se dejó llevar.
Estudió a cada uno de los medio famosos.
Estudió a los no famosos.
Estudió a los que “ni en su casa conocían”.
Y se quedó al lado de Abelito, quien, al igual que él, entró a un mundo ajeno, a un mundo prestado, a un mundo lleno de traiciones, glamour y frivolidad, mucha frivolidad.
En La Casa de los Famosos México, Aldo pasó por el pantano y no se hundió.
Conoció el fango y no se estancó.
Supo mantener el juego a su favor, un juego claro, limpio y espontaneo que exasperaba a todos pero que al final de cuentas lo hizo ganar 4 millones de pesos.
Sí, la gente está harta de personajes inventados que ni son famosos, ni lo fueron y a estas alturas, no lo serán.
Por eso es el triunfo de Aldo.
Por eso es el éxito de De Nigris.
Por eso ahora mismo está contando sus 4 millones de pesos.
¿Y sabe por qué?
Por su espontaneidad, nada más por eso.