La presea será entregada cada abril a personas que a lo largo de su vida se hayan destacado en los ámbitos filantrópico, antropológico, paleontológico, histórico, artístico, científico y tecnológico
Mauricio Fernández, el exalcalde de San Pedro que falleció hace 15 días, fue la primera persona en recibir la Medalla de Honor que otorga el Congreso de Nuevo León y que lleva su nombre.
Esta presea se entregará cada abril a personas que a lo largo de su vida se hayan destacado en los ámbitos filantrópico, antropológico, paleontológico, histórico, artístico, científico y tecnológico.
Itzel Castillo Almanza, presidenta del Poder Legislativo, calificó a Fernández Garza como un empresario, alcalde, senador y promotor cultural.
“Nuestra intención habría sido entregar personalmente la medalla al gran Mauricio Fernández Garza, pero su velita se apagó, como el mismo lo vaticinó, el martes 23 de septiembre. Lamentamos su pérdida, pero nos quedamos con su gran legado y compromiso que deberemos seguir para transformar Nuevo León, desde nuestra trinchera”.
Castillo Almanza destacó que el político fue un gran ser humano, visionario, demócrata, promotor cultual, altruista, respetuoso de la diversidad de ideas, pero sobre todo un gran impulsor de la calidad de vida que merecen tener en su entorno las personas, sin importar en el lugar en que se encuentren.
“En su faceta como político, como alcalde del municipio de San Pedro Garza García, logró transformarlo con obras vanguardistas, que provocaron polémica, pero luego admiración logrando que San Pedro sea considerado como un municipio modelo, no solamente de México, sino del mundo”, señaló Castillo Almanza.
A nombre de la familia, Alana Fernández, hija de Fernández Garza, señaló que para su padre el arte era un puente que une corazones y que ayuda a crecer como sociedad.
“Abriendo caminos, apoyando a los creadores y acercando la belleza a cada persona, sin importar su origen o su condición”, expresó.
También acudieron al Espacio Solemne en el Congreso el resto de los hijos de Fernández Garza: Vanesa, Milarca, Stefan, Antonio, Martel y Maximiliano, además de Mauricio Farah Giacomán, alcalde de San Pedro.
“Sabía que la cultura era el alma de un pueblo y por eso la impulsó con una pasión que no conocía fronteras, en sus palabras y en sus acciones, siempre estuvo presente la convicción de que la cultura transforma, que donde llega el arte llega la esperanza, que donde florece la creatividad florece también la dignidad humana, el acceso a la cultura es un derecho y un deber compartirla”, señaló Fernández.
Agradeció al Legislativo el reconocimiento a su papá.
“Nos sentimos profundamente conmovidos y agradecidos de estar aquí para recibir en nombre de nuestro padre, Mauricio Fernández Garza, esta primera medalla que reconoce su legado como un promotor incansable de las artes y de la cultura”, destacó.