“El Secreto del Río” es una emotiva y sensible miniserie de 8 capítulos que habla del poder de la amistad por sobre cualquier relación amorosa
Por: Miguel Angel Arritola
No cabe duda, en México se hacen excelentes series y a la altura de cualquiera del extranjero y prueba de ello es “El Secreto del Río”.
¡Qué manera tan extraordinaria de rendirle homenaje a la amistad, a la amistad fuera de todo convencionalismo, a la amistad que no conoce de fronteras, de credos, de sexualidad, de idiomas, de niveles sociales ni de traiciones!
“El Secreto del Río” es un trabajo maravilloso de dirección, de guion, de fotografía, de actuaciones, todo está tan perfectamente…¡perfecto!
Estamos hablando de una miniserie mexicana de 8 capítulos, de una miniserie que es un abanico de emociones que nos lleva a explorar un mundo donde el amor predomina por sobre todas las cosas.
“El Secreto…” es una caricia al alma, es un abrazo cálido y sanador para el corazón, es un puente entre la felicidad y el orgullo de SER….
La historia es la de Erik y Manuel.
La historia se divide en dos tiempos, de niños y ya de adultos.
La historia nos habla sobre las personas muxes, nos habla de la cultura de Oaxaca, específicamente del Istmo y nos habla con total libertad de las poblaciones trans y LGBTQ+ que siempre han formado parte de este estado, del sur del país, y de todo México.
De niños, Erik, (Mauro Guzmán) y Manuel (Frida Sofía Cruz Salinas) son amigos y los une un gran secreto que ocurrió en el río, un secreto que los marcó de por vida.
Manuel llega a un pequeño pueblo de Oaxaca para quedarse con su abuela Rafaela (Mercedes Hernández).
Luisa (Iazua Larios), una amiga de la madre de Manuel, le presenta a su hijo Erik, que tiene la misma edad.
Nada hay en común entre ellos; Erik juega béisbol y Manuel es más “exquisito” en sus gustos y actividades.
Erik es un niño enamoradizo, sueña con conquistar el amor de la niña Paulina, (Lisa Rivas) porque es la más bonita del salón de clases, dice que con ella quiere casarse.
En cambio, los sueños de Manuel son otros, totalmente diferentes a los de Erik.
Manuel gusta de vestirse de mujer y verse como su mamá, hermosa.
Cuando Manuel conoce a Solange, (La Bruja de Texcoco), una mujer transgénero, de inmediato queda fascinado con ella y nace en él ese deseo de ser “otra” persona.
Como es bien sabido, en la cultura zapoteca, a las personas como Solange se las llama Muxes, u hombres que actúan y se visten como mujeres; los zapotecas consideran a los Muxes un “tercer género”.
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Erik está intrigado por la actitud de su amigo cuando lo encuentra vestido de mujer.
Es obvio que el papá de Manuel, un hombre machista y homofóbico está furioso con la actitud de su hijo por lo que decide llevárselo del lugar para que “enmiende” su orientación sexual.
Antes de partir contra su voluntad, Manuel escucha un consejo que le da Solange”: “No dejes que te corten las alas..”
Pasan los años, muchos años y Manuel regresa al pueblo, al velorio de su mejor amiga, pero ahora se hace llamar “Sicarú”, (Trinidad González) una mujer hermosa, sensual y cautivadora que, al encontrarse con Erik (Diego Calva) aquel secreto del río vuele a enfrentarlos.
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Sin ser una serie de denuncia, “El Secreto del Río” pone el dedo en la llaga en asuntos de machismo, de homofobia y de discriminación e incluso aborda la trata de personas.
Imposible no hablar del trabajo excepcional que realizan Mauro Guzmán como Erik de niño y Frida Sofía Cruz como Manuel de niño; de ovacionar de pie ante semejan te trabajo actoral de ambos.
Punto y aparte son Diego Calva de Erik adulto y Trinidad González como Manuel/Sicarú ya de grande, sencillamente estupendos.El papel que más me emocionó hasta las lágrimas fue el de Solange, Dios, qué manera de transmitir sin necesidad de alardear. Es de esos personajes que uno quisiera tener en nuestras vidas.
“El Secreto del Río” está en Netflix, está de 10 y está para verse con una cajita de kleenex, por aquello de esos finales que te rompen el corazón…¡pero de felicidad!