“Caramelo”, 2025, es una película brasileña imposible de ver…
Sí, imposible de ver sin llorar.}}
Imposible de ver sin que sientas que el corazón se te sale por la boca.
Imposible de ver sin caer en esa sensación de que la fe y la amistad mueven montañas y hacen milagros.
“Caramelo” es una oda al amor incondicional.
Al amor al amigo.
Al amor a la vida.
Al amor a los perritos.
La trama de “Caramelo”, dirigida por Diego Freitas, se divide en dos historias que al final se funden en una sola.
Un perro callejero, mestizo, de pelaje corto, de color marrón, amarillo o canela, deambula por las calles de la ciudad sin dueño y expuesto a qué lo atropellen.
Pedro (Rafael Vitti,) es un joven cocinero con aspiraciones de llegar a ser el gran chef del restaurante donde trabaja.
Un día, el perro ve a lo lejos un lujoso restaurante con una suculenta comida en el aparador que provoca que corra por una gran avenida, sorteando los carros para lograr su objetivo: comer.
En ése lugar trabaja Pedro y cuando el canino entra al restaurante y se sale con la suya, uno de los chef intenta sacarlo a golpes del lugar.
Pedro lo defiende y desde ese momento, la vida de ambos cambia para bien.
El perro ya tiene dueño, casa y comida asegurada, sólo falta ponerle un nombre y qué mejor que “Caramelo” por el color de su pelaje.
Todo parece pintar de maravilla para ambos hasta que a Pedro le diagnostican un tumor cerebral.
A partir de ahí, la relación del protagonista con el perro es conmovedora, sublime y de una lección de lucha y fe.
La historia no permite tregua alguna.
Desde que inicia es un carrusel de emociones y sensaciones que apachurran el corazón.
“Caramelo” es un filme para verse en familia.
Es una película con muchas lecturas por aprender.
Es un largometraje imposible de ver sin llorar, sin reír, sin gritar de emoción y sin volver a llorar una y otra vez.
Desde que vi “Siempre a tu lado, Hachiko”, (Hachi: A Dog’s Tale), 2009, con Richard Gere, me había prometido no volver a ver jamás una película de perritos.
Pero caí en la publicidad constante de Netflix para esta cinta que en una escala de 5 al 10 le doy tres 10.
En la categoría de los Óscar debería de haber una para los animalitos que actúan, porque de ser así, “Caramelo” arrasaría con TODOS.
Está en Netflix y créame, “Caramelo” vale la pena verla en familia