La película “Anora” tiene todos los elementos para llevarse un par de Oscar a casa el próximo 2 de marzo, entre ellos en un descuido a Mejor Actriz y Mejor Película
Una servidora sexual
con sueños de princesa
Por: Miguel Angel Arritola
Ahora que ya vi “Anora” estoy en un serio conflicto.
Si en mis manos estuviera decidir entregar el Óscar a Mejor Actriz, estaría en problemas.
Y es que Demi Moore y Mikey Madison están insuperables es sus respectivos papeles.
Ambas lucen estupendas.
Una en “La sustancia”.
Y la otra en “Anora”.
La exigencia que ambas tienen en el desempeño de sus interpretaciones son tan audaces como fascinantes.
Muy audaces las dos.
Muy.
Pero entremos en materia con “Anora”, que ya trae a cuestas uno de los premios más importantes de la industria; la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, una recomendación muy importante para el día del Óscar.
Como película me entretuvo y bien vale la pena por la atrevida y comprometida actuación de Mike Madison.
La trama apunta hacia Iván, (Mark Eidelstein), un joven de 21 años, hijo de un oligarca ruso que está estudiando en Nueva York y que un buen día acude con unos amigos a un table dance donde queda prendido sexualmente de una stripper americana de ascendencia rusa llamada Anora, (Mikey Madison), pero todos la conocen por su apodo, “Ani”.
Después de un ardiente baile privado con Ani, el joven decide verla al día siguiente y cuando esto sucede, el apetito sexual crece y en un arranque de emoción le pide que se casen en Las Vegas.
Para ellos todo es sexo, sexo, sexo y drogas.
No ven más allá de eso.
Pero cuando los padres de Iván se enteran de la boda, abordan un vuelo de Rusia a NY para declarar nula esa unión, porque para ellos, Ani no es más que una prostituta que no merece entrar a la familia.
Peligrosamente la escritura de “Anora” manda un mensaje: Los poderosos y ricos pueden jugar impunemente con la clase pobre y salirse con la suya, eso me dicta la cinta, dirigida espléndidamente por Sean Baker, un experto en crear personajes inspirados en historias trágicas reales como lo hace ahora al poner sobre la mesa la vida de las bailarinas de clubes de strippers en Nueva York.
Hay que decir que en su arranque, “Anora” tiene mucho de ” Pretty woman”, (1990), aunque después la historia, que empieza como un divertido cuento de hadas, toma otro sendero, más escandaloso, más escabroso y más realista.
El desarrollo de esta tragicomedia, que dura más de dos horas, es lento y en ocasiones se pierde en un desorden de ideas, pero también debo decir que otras veces el guion es creativo y atractivo.
Hay que aplaudir el trabajo de Mikey Madison, supo entender perfectamente la esencia del personaje y lo lleva hasta el límite.
Pero también está el trabajo de Mark Eydelshteyn como el chico ruso exasperante, distraído y “valemadrista” de la vida y de todo su entorno.
Hay personajes que ganan en simpatía por su fuerza en pantalla y es el caso de Igor, (Yura Borisov), un guardaespaldas de Ivan que logra congeniar y entender la vida de Anora.
“Anora” podría dar la sorpresa en la próxima entrega del Oscar a celebrarse el 2 de marzo.
Como película trae a un lado a “Conclave”, su más fuerte rival.
Y como actriz, Mikey tendrá que enfrentar a la imparable Demi Moore.
Si en mis manos estuviera otorgar estos dos premios, con los ojos cerrado, “Conclave” se llevaría la estatuilla a Mejor Película y en el apartado a Mejor Actriz, por las barbas de Barrabás no sabría si dárselo a Mikey o Demi…
¡Que nervios!
Eso sí, en una escala de 5 al 10, “Anora” se gana un 9 con todo y ese contenido sexual que sofoca y agita, pero que nos tiene pegados a la pantalla…¿a poco no?